La posición de los estados socialistas es la del respeto a la soberanía de
todos los países. Nosotros con gran énfasis nos oponemos a las injerencias en
los asuntos de cualquier estado y a las violaciones de su soberanía.
Al mismo tiempo el
establecimiento y la defensa de la soberanía de los estados que se encuentra
en el camino de la construcción del socialismo es de gran importancia para
nosotros los comunistas. Las fuerzas del imperialismo y la reacción están
buscando privar a los pueblos de este logro, ahora que en los países
socialistas los derechos soberanos han asegurado la prosperidad de sus países
y el bienestar y la felicidad de amplias masas de gente trabajadora en la
construcción de una sociedad libre de toda opresión o explotación(...)
Es bien sabido que la Unión
Soviética ha hecho mucho por fortalecer la soberanía y la independencia de los
países socialistas. El Partido Comunista de la Unión Soviética siempre ha
defendido que cada país socialista debe determinar las formas específicas de
su desarrollo en el camino hacia el socialismo, teniendo en consideración sus
propias condiciones internas. Sin embargo, nosotros sabemos, camaradas, que
hay también leyes comunes de gobierno en la construcción del socialismo (...)
Y cuando fuerzas hostiles
internas y externas que son contrarias al socialismo atentan para cambiar el
desarrollo de cualquier país socialista en la dirección del sistema
capitalista, cuando una amenaza de esta naturaleza aparece en un país
socialista, y se produce una amenaza a la seguridad de la comunidad
socialista, se convierte no sólo en un problema para el pueblo de ese país,
sino también en un problema general, que concierne a todos los países
socialistas.
Puede afirmarse que una
acción como ayuda militar a un país hermano para poner fin a la amenaza al
sistema socialista es extraordinaria, una inevitable medida, que solo puede
estar provocada por acciones directas por parte de los enemigos del socialismo
en el interior de los países y detrás de sus fronteras; acciones que crean una
amenaza a los intereses comunes del campo socialista.
Leonid
Breznev
12 de noviembre de 1968