La negativa experiencia de los tratados de paz firmados tras la primera
guerra mundial y la evidencia de la victoria aliada al menos desde 1943
provocaron que los vencedores empezaran muy pronto a preocuparse por construir
un marco jurídico en el que se diseñase el mundo de posguerra. Estos fueron los
principales documentos y compromisos adoptados por los
Aliados:
- La
Carta
del Atlántico firmada el 14 de agosto de 1941 por
Churchill y
Roosevelt. Este
documento fue incluido en la Declaración de las Naciones Unidas
aprobada el 1 de enero de 1942.
- Las decisiones tomadas por los Tres Grandes recogidas en las actas de las
diversas conferencias que se celebraron a lo largo de la guerra: Moscú
(octubre de 1943), El Cairo (noviembre de 1943),
Teherán
(diciembre de 1943),
Yalta
(febrero de 1945) , y, finalmente,
Potsdam
(julio-agosto de 1945).
- La Carta de la Organización de
las Naciones Unidas, cuyo primer borrador fue diseñado en la
Conferencia de Dumbarton Oaks y finalmente
aprobada en la
Conferencia de San
Francisco en junio de 1945.
- Las Actas de Capitulación incondicional firmadas por Alemania el 7
y 8 de mayo de 1945 y por Japón el 2 de septiembre de ese mismo año.
Este conjunto de acuerdos crearon dos instituciones que debía ser las
encargadas inmediatas de la construcción de la paz:
- Lo que se vino a denominar el Directorio de los Tres Grandes.
Nacido en la Conferencia de Moscú en octubre de 1943 en la que
Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS se comprometieron por medio de sus
ministros de asuntos exteriores a mantener la unidad de acción "para mantener
la paz y la seguridad internacional" por medio del denominado Consejo de
Ministros de Asuntos Exteriores con sede en Londres. Este compromiso de actuar
juntos se reafirmó en las conferencias de
Yalta
y
Potsdam.
En la primera de ellas se acordó que los "Ministros de Asuntos Exteriores
se reunirán en el futuro tan a menudo como sea necesario y, en cualquier caso,
cada tres o cuatro meses."
- La Organización de las Naciones
Unidas, nacida en
Conferencia de San
Francisco en junio de 1945.
Este fue el aparato jurídico elaborado por los vencedores para construir la
paz. Sin embargo, todo lo que había sido minuciosamente preparado por las
diplomacias de los
Aliados
se derrumbó estrepitosamente al romperse la unidad de los vencedores tras el fin
del conflicto y desencadenarse el conflicto de intereses. Finalmente la
organización de la paz se convirtió en un proceso anárquico marcado por el
inicio de la
guerra fría.

El complejo desarrollo de la segunda guerra mundial hace que debamos
detenernos en detallar algo que en principio debía de ser obvio: quiénes fueron
los vencidos y quiénes los vencedores.
En Europa los vencidos fueron Alemania, Italia, Finlandia, Rumania, Hungría y
Bulgaria. Alemania fue ocupada por las tres potencias vencedoras, Gran Bretaña,
EE.UU. y la URSS, a las que se unió Francia; Rumania, Hungría y Bulgaria fueron
ocupadas por la URSS e Italia por EE.UU. y el Reino Unido. Finlandia tras firmar
el armisticio con la URSS en 1944 no fue ocupada militarmente.
En Asia los vencidos fueron Japón y Tailandia (Siam). Japón fue ocupado por
los norteamericanos, Tailandia por los británicos y Corea, antiguo territorio
dominado por Japón, fue dividida en dos zonas de ocupación: los soviéticos al
norte y los estadounidenses al sur.
Respecto a las antiguas colonias europeas en Asia liberadas del dominio
japonés se dieron múltiples situaciones: la URSS ocupó Manchuria, además del
norte de Corea, e la antigua Indochina francesa quedó ocupada la norte del
paralelo 16º por China y al sur por los británicos. La guerra civil china y el
ulterior triunfo comunista en 1948 vino a complicar aún más la situación. De
cualquier manera, los antiguos colonialistas franceses y holandeses tuvieron
grandes dificultades para recuperar el control de sus antiguos territorios de
Indochina e Indonesia respectivamente.
Un caso particular fue el de Austria. En
Potsdam,
se acordó que, pese a ser reconocida como víctima del nazismo y reconocida su
independencia, el país debía ser ocupado por los aliados bajo una Comisión
aliada. Pese a las elecciones que tuvieron lugar en noviembre de 1945, el país
continuó dividido en zonas de ocupación y la Comisión aliada siguió al cargo de
diversos funciones, esencialmente la de la desnazificación, hasta la firma
definitiva de un tratado.
En aplicación de los acuerdos alcanzados en
Potsdam,
los cinco ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, EE.UU., la URSS,
Francia y China se constituyeron en Consejo Permanente y se reunieron en
Londres en septiembre de 1945 a fin de redactar los tratados de paz con los
vencidos. La reunión fue fracaso lo que llevó a una reunión en diciembre en
Moscú de los ministros de EE.UU,
Byrnes,
URSS, Molotov,
y Gran Bretaña, Bevin. Allí
se acordaron los procedimientos para redactar los tratados de paz.
En 1946 se reunió en París una conferencia de los ministros de asuntos
exteriores de Gran Bretaña, URSS, EE.UU. y Francia y posteriormente de julio a
octubre de ese mismo año se encontraron en lo que se denominó Conferencia de
Paz los representantes de los veintiún estados miembros de las Naciones
Unidas que habían luchado realmente en la guerra contra el
Eje: Gran
Bretaña, URSS, EE.UU., Francia, China, Bélgica, Grecia, Noruega, Países Bajos,
Polonia, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Australia, Canadá, India, Nueva
Zelanda, Unión Sudafricana, Brasil, Chile, Etiopía y la Rusia Blanca y Ucrania,
repúblicas soviéticas que se vieron reconocidas individualmente.
El proceso culminó en Europa con la firma de los Tratados de París el
10 de febrero de 1947 entre los vencedores y los países satélites de la Alemania
nazi (Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia).
En el caso de la firma del tratado de paz con Japón, la
revolución china y el
triunfo de Mao Zedong complicaron
el proceso que finalmente culminó con la firma del
Tratado de San Francisco
en 1951 con Japón. Este tratado fue firmado por cuarenta y nueve países, entre
los que no se hallaban presente la URSS, India y China y redujo a Japón a sus fronteras de
1854. La denominada declaración de Moscú de 1956 firmada por los primeros
ministros Hatoyama y Bulganin puso fin al estado de sitio entre la URSS y Japón.
En 1955 se firmó el Tratado de Viena que acabó con la ocupación de
Austria, país que recuperó su independencia por primera vez desde el
Anschluss
de 1938.
Tras la capitulación sin condiciones del 7 y 8 de mayo y la ocupación de su
territorio Alemania sufrió duramente las consecuencias de la guerra de
destrucción iniciada por
Hitler:
fuertes pérdidas territoriales, pago de indemnizaciones... Sin embargo, como
veremos más adelante, el estallido de la
guerra fría llevó a unos
resultados no previstos por los
Aliados
vencedores. La partición del país en dos estados, la RFA y la RDA, enfrentados y
alineados con las dos superpotencias enfrentadas tras la segunda guerra mundial
impidió la firma de un tratado de paz entre los vencedores y Alemania. Habrá que
esperar a la firma ¡el 12 de septiembre de 1990! del llamado
Tratado 4+2
entre las cuatro potencias vencedoras (URSS, EE.UU., Gran Bretaña y Francia)
y la República Federal y la República Democrática de Alemania. El tratado que
otorgó la plena independencia a una Alemania reunificado fue firmado 45 años
después de la derrota.

El principio general que rigió todos los acuerdos y tratados fue el retorno a
las fronteras europeas de 1937 con tres excepciones principales: la reducción
del territorio de Alemania, el engrandecimiento del territorio soviético y el
"desplazamiento" del territorio polaco en torno a 225 kilómetros hacia el oeste.
Estas tres excepciones estaban evidentemente relacionadas.
Estos fueron los principales cambios territoriales en Europa:
La Unión Soviética obtuvo:
- De Finlandia: gran parte de Carelia con la ciudad de Vyborg y el puerto de
Petsamo en el norte lo que hizo que tuviera frontera con Noruega.
- Los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, que habían sido
independientes de 1918 a 1940.
- De Alemania: la parte norte de la Prusia Oriental con la ciudad de
Könisgsberg (actual Kaliningrado).
- De Polonia: las regiones al este de la
línea Curzon
- De Checoslovaquia: la Rutenia subcarpática
- De Rumania: la Besarabia (denominada Moldavia en adelante) y la Bukovina
del Norte.
Polonia en contraprestación de sus pérdidas orientales obtuvo:
- La parte sur de Prusia Oriental y las regiones de Pomerania y Silesia
hasta la
línea Oder-Neisse. Aunque Polonia perdió algo de territorio consiguió
adquirir zonas más ricas y una gran salida al Báltico con los antiguos puertos
alemanes de Danzig (rebautizado Gdansk) y Stettin (Szczecin)
Alemania perdió de nuevo Alsacia-Lorena en el occidente, reanexionadas
por Hitler en 1940, y, sobre todo, importantes territorios en el oriente en
beneficio de Polonia. Quedó reducida a 356.272 kilómetros cuadrados, en
contraste con los 472.034 de 1919 y 540.521 de 1914.
Italia, aunque limitó sus pérdidas al firmar el armisticio con los
Aliados en 1943, cedió algunos pequeños territorios:
- La península de Istria con Fiume (Rijeka) pasó a Yugoslavia, aunque
consiguió mantener Trieste.
- La isla de Rodas y el archipiélago del Dodecaneso fueron entregados a
Grecia.
- Albania recuperó su independencia e Italia perdió sus colonias (Etiopía,
Somalia, Eritrea y Libia)
Aunque los cambios territoriales fueron menores que tras la primera guerra
mundial, fueron acompañados de enormes desplazamientos de población que
añadieron más dolor a un continente devastado por la guerra:
- Entre 11 y 12 millones de alemanes fueron expulsados de las zonas
anexionadas por la URSS y Polonia, así como de los Sudetes en Checoslovaquia y
de las comunidades germanas de los Balcanes.
- 2 millones de polacos fueron las zonas orientales cedidas a la URSS fueron
realojados en la "nueva Polonia occidental".
- Entre 400.000 y 500.000 finlandeses fueron expulsados de los territorios
anexionados por la URSS.
- Una parte de la población húngara de Eslovaquia fue expulsada.
Los cambios en el Extremo Oriente se concretaron en la desaparición
del Imperio Japonés:
- La URSS se anexionó la isla de Sajalín y las islas Kuriles.
- Japón debió abandonar sus conquistas en China, Corea y la isla de Formosa
(Taiwan). Además 7 millones de japoneses dispersos por el antiguo Imperio
debieron retornar al archipiélago nipón.