El descubrimiento de América fue uno de los
acontecimientos de la historia mundial que más repercusión tuvo. Si esto fue
cierto para Europa y el mundo occidental, aún lo fue más para España, la
potencia que construyó el imperio americano más extenso.
Desde un principio, los españoles buscaron
el símbolo de la riqueza en la época: los metales preciosos, el oro y la
plata. Los primeros intentos en las Antillas fueron desalentadores, pero,
tras la conquista del continente, muy pronto se pusieron en explotación
grandes minas de plata. Zacatecas en México y Potosí en el Perú son los
ejemplos más importantes.
El trabajo forzado en la mina de las
indígenas produjo una ingente extracción de metales que causó un gran flujo de
oro y plata hacia la península y Europa. Esta llegada de metales propiciará el
desarrollo del comercio y tendrá una gran repercusión en la economía española
y europea.
Siguiendo las ideas mercantilistas de la
época, contrarias al libre comercio, el comercio con las Indias pasó muy
pronto a ser controlado por un monopolio estatal establecido en la Casa de
Contratación de Sevilla. Todo el comercio ultramarino pasó bajo su control
y supervisión.
Diversas razones explican el establecimiento
del monopolio sevillano:
·
Las costas de Cádiz y Huelva son las más adecuadas para la
navegación a vela, a lo que se unía que el Guadalquivir era navegable hasta
Sevilla.
·
El Rey quiere tener centralizado y controlado todo lo que
provenía de América, de esa forma podía cobrar con mayor facilidad el
“quinto real” que le correspondía por ley
·
La necesidad de organizar la navegación en convoyes protegidos
de ataques de piratas holandeses e ingleses
·
Las presiones de los poderosos comerciantes de Sevilla.
El monopolio de la Casa de la
Contratación se complementó con el establecimiento del monopolio
castellano para el comercio con las Indias. La aplicación de este monopolio se
vio cuestionada por dos prácticas:
·
La piratería alentada por los enemigos políticos de la
monarquía española: ingleses, franceses y holandeses.
·
El contrabando en América, muy difícil de controlar en
el inmenso continente. Llevado a cabo por buques extranjeros provocó graves
pérdidas para los comerciantes castellanos, que, teóricamente, tenían el
monopolio del comercio con América.
Para solucionar el problema de la piratería
se organizaron las Flotas de Indias. Grandes expediciones de buques
mercantes protegidos por navíos de guerra que periódicamente cubrían la
travesía de Europa a América y viceversa.
El siglo XVI fue testigo de un espectacular
fenómeno económico en Europa y, con especial virulencia, en España: la
“revolución de los precios” o, dicho de otra forma, la inflación.
Dos razones principales explican este
fenómeno. Por un lado, el siglo XVI se caracteriza por el crecimiento
demográfico. Un fenómeno que produjo un aumento de la demanda de productos
que a su vez llevó a un alza de los precios. Por otro lado, la llegada masiva
de metales preciosos significó un importante crecimiento de la moneda en
circulación lo que inmediatamente revertió en un aumento de los precios. Como
los metales llegaban a Sevilla y en España era más abundante su circulación,
nuestro país vivió con especial gravedad la inflación que afectaba a toda
Europa.
La mayor inflación en Castilla hizo que los
productos castellanos fueron aún menos competitivos con respecto a las
mercaderías de Holanda, Inglaterra y Francia lo que agudizó la decadencia de
la producción castellana y española. Finalmente España y las Indias
dependieron en gran medida del suministro de mercancías por parte de las
potencias hostiles a la monarquía hispánica.
Pese a estas dificultades, el descubrimiento
de América tuvo importantes repercusiones en nuestro país:
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Las remesas de oro y plata permitieron durante décadas a los
monarcas llevar su política imperial.
·
El eje económico se trasladó del Mediterráneo al Atlántico,
tanto en España como en Europa.
·
Avanzaron las técnicas mercantiles y bancarias.
·
Llegaron nuevos productos que tuvieron gran incidencia en la
dieta y las costumbres europeas: tabaco, patata, maíz, cacao…