Transformaciones económicas. Proceso de desamortización y cambios agrarios. Las peculiaridades de la incorporación de España a la revolución industrial. Modernización de las infraestructuras. El impacto del ferrocarril.
Evolución económica
La población española se incremento a lo largo
del período, aunque en menor medida que en los países más desarrollados. El
descenso de la mortalidad y el mantenimiento de una alta natalidad explican esta
tendencia. La mayor parte de la población siguió siendo rural. Se calcula que en
1865, el 80% de la población seguía viviendo en el media rural.
La agricultura vivió una profunda reforma basada en la
abolición del régimen señorial, la supresión de los mayorazgos y
las grandes desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. Con este conjunto de
medidas se liberalizó la agricultura, permitiendo que la tierra pudiera circular
libremente en el mercado, y se eliminaron los frenos que impedían el desarrollo
de una agricultura capitalista dirigida al mercado. La mayor parte de la tierra
pasó a manos de propietarios privados individuales.
La gran transformación económica de este período fue el
proceso de desamortización de los bienes eclesiásticos iniciado en 1835 por el
progresista Mendizábal, que luego vino a ser completado por el también
progresista Pascual Madoz durante el Bienio progresista con la desamortización
de los bienes de los municipios.
Juan Álvarez de Mendizábal, bien desde el cargo de ministro
de Hacienda o presidiendo el Consejo de Ministros, inició la desamortización de
los bienes y tierras eclesiásticas amortizadas en 1836, además de suprimir las
órdenes religiosas (clero regular).
La desamortización consistió básicamente en la expropiación
de los bienes desamortizados y su nacionalización y posterior venta en pública
subasta al mejor postor.
La desamortización tuvo tres objetivos:
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El objetivo principal fue financiero. Buscar ingresos para
pagar
la deuda pública del Estado, además se conseguirían fondos para la guerra
carlista.
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Había también un objetivo político: ampliar la base social del liberalismo
con los compradores de bienes desamortizados. Además, buena parte del clero
regular apoyaba a los carlistas.
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Finalmente, se planteó de forma muy tímida un objetivo social: crear una
clase media agraria de
campesinos propietarios.
Los resultados no fueron todo lo positivos que se podría haber esperado:
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No solucionó el grave problema de la deuda pública
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En el terreno político, el liberalismo ganó adeptos, pero
también se creó un foso que perduró largo tiempo entre el liberalismo entre la
opinión pública católica.
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En el terreno social, la mayor parte de los bienes
desamortizados fueron comprados por nobles y burgueses urbanos adinerados. Los
campesinos pobres no pudieron pujar en las subastas.
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La desamortización no sirvió para mitigar la desigualdad
social, de hecho, muchos campesinos pobres vieron como los nuevos propietarios
burgueses subieron los alquileres.
Los resultados de la desamortización explican porque la
nobleza, en general, apoyó al liberalismo, y porque muchos campesinos se
hicieron antiliberales (carlistas), al verse perjudicados por las reformas.
La Iglesia vio desmanteladas las bases económicas de su
poder. A cambio de la expropiación el Estado se comprometió a subvencionar
económicamente al clero. El primer ejemplo presupuestario fue la Dotación de
Culto y Clero de 1841.
La última gran desamortización se inició en 1855 mediante una
ley elaborada por Pascual Madoz. Afectó esencialmente a las tierras de
los municipios y supuso la liquidación definitiva de la propiedad amortizada
en España.
Sus resultados tampoco fueron muy positivos:
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Arruinó a los ayuntamientos, que, entre otras cosas,
estaban al cargo de la instrucción pública
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No solucionó el sempiterno problema de la deuda pública.
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Perjudicó a los vecinos más pobres que se vieron
privados del aprovechamiento libre de las tierras comunales.
Pese a sus insuficiencias y errores, las desamortizaciones de
Mendizábal y Madoz cambiaron de forma radical la situación del campo español. Baste con
señalar que afectaron a una quinta parte del conjunto del suelo.
Lamentablemente, el atraso técnico y el desigual reparto de la propiedad de la
tierra siguieron siendo problemas clave de la sociedad y la economía españolas.
En la industria España vio como la revolución que
se había iniciado en Gran Bretaña y se extendía a otras zonas del continente,
sólo afectaba de forma muy localizada al país en Cataluña y País Vasco.
Diversos factores explican este retraso:
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Escasez de carbón y materias primas
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Atraso tecnológico y dependencia del capital exterior
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Falta de articulación de un mercado interior caracterizado
por las dificultades de comunicación y por el bajo poder adquisitivo de grandes
masas de la población
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Factores políticos como la pérdida del mercado colonial, los
destrozos de la guerra de la Independencia o la inestabilidad política.
La expansión del tendido ferroviario fue un factor clave de
modernización como en el resto del mundo. España llegó con retraso al nuevo
medio de transporte y la primera línea fue la construida entre Barcelona y Mataró en 1848. Curiosamente, el primer ferrocarril en los dominios españoles
fue construido en Cuba en 1837 en el trayecto La Habana-Güines.
Tras la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un
verdadero "boom" del ferrocarril. En 1866 la red alcanzó los 5.145
kilómetros de extensión.
La política comercial fue en general proteccionista. Las
leyes arancelarias de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales
del textil catalán y de los terratenientes castellanos cultivadores de trigo.
Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el
Arancel Figuerola de 1869. La Restauración significó de nuevo la vuelta al
proteccionismo con la ley arancelaria de 1875.
En el terreno financiero este período se caracteriza por las
dificultades de la Hacienda estatal agobiada por la Deuda Pública. Pese a estos
problemas en este período se adoptaron algunas decisiones históricas:
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En 1856 se creó el Banco de España que vino a sustituir al
Banco Español de San Fernando. En 1874 quedó configurado como banco nacional con
el monopolio de la emisión de papel moneda.
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En octubre de 1868 se adoptó la peseta como nueva unidad del
sistema monetario.
Transformaciones sociales
