Sexenio Democrático (1868-1874):
Intentos democratizadores. La revolución, reinado de Amadeo I y I República
La Primera República
La República fue proclamada por unas Cortes en las que no
había una mayoría de republicanos. Las ideas republicanas tenían escaso apoyo
social y contaban con la oposición de los grupos sociales e instituciones
más poderosos del país. La alta burguesía y los terratenientes, los altos
mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica eran contrarios al nuevo régimen.
Los escasos republicanos pertenecían a las clases medias
urbanas, mientras las clases trabajadores optaron por dar su apoyo al incipiente
movimiento obrero anarquista. La debilidad del régimen republicano provocó una enorme
inestabilidad política. Cuatro presidentes de la República se sucedieron en
el breve lapso de un año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
En este contexto de inestabilidad, los gobiernos republicanos
emprendieron una serie de reformas bastante radicales que, en algunos
casos, se volvieron contra el propio régimen republicano. Estas fueron las
principales medidas adoptadas:
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Supresión impuesto de consumos. La abolición de este
impuesto indirecto, reclamada por las clases más populares, agravó el déficit
de Hacienda.
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Eliminación de las quintas. De nuevo una medida
popular propició el debilitamiento del estado republicano frente a la
insurrección carlista.
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Reducción edad de voto a los 21 años
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Separación de la Iglesia y el Estado. Este
dejó de subvencionar a la Iglesia.
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Reglamentación del trabajo infantil. Prohibición de
emplear a niños de menos de diez años en fábricas y minas.
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Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
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Proyecto constitucional para instaurar una República
federal.
Este programa reformista se intentó llevar a cabo en un
contexto totalmente adverso. Los gobiernos republicanos tuvieron que hacer
frente a un triple desafío bélico:
Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro, encabezó una
nueva insurrección carlista en el País Vasco y Navarra. Aprovechando el caos
general, los carlistas llegaron a establecer un gobierno en Estella, Navarra.
Los
republicanos federales más extremistas se lanzaron a
proclamar cantones, pequeños estados regionales cuasi independientes en
Valencia, Murcia y Andalucía, sublevándose contra el gobierno republicano de
Madrid. El ejército consiguió reprimir la insurrección. La resistencia del
cantón de Cartagena le convirtió en el símbolo de este movimiento en el que
las ideas republicano-federales y anarquistas se entremezclaron.
En 1868 se inició en isla caribeña una insurrección
anticolonial que derivó en lo que los cubanos denominan la “Guerra Larga”.
Tuvieron que pasar diez años hasta que las autoridades españolas consiguieron
pacificar la isla con la firma de la Paz de Zanjón en 1878.
Entre los mandos del ejército se fue imponiendo la idea de
la vuelta de los Borbones en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso.
Pronto empezaron las conspiraciones para un pronunciamiento militar.
La república del año 1874: el golpe del general Pavía y el
camino a la Restauración.
El 4 de enero de 1874, el general Pavía encabezó un
golpe militar. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció un
gobierno presidido por el general Serrano que suspendió la Constitución y los
derechos y libertades.
El régimen republicano se mantuvo nominalmente un año más, aunque la
dictadura de
Serrano fue un simple paso previa a la restauración de los
Borbones que planeaban los alfonsinos con su líder Cánovas del Castillo.
La restauración se vio finalmente precipitada por un golpe militar del general
Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874. El hijo de Isabel II fue
proclamado rey de España con el título de Alfonso XII. Se iniciaba en España el
período de la Restauración.
De la "Revolución Gloriosa" a la I República