Clérigo chiíta iraní que dirigió la revolución que derrocó al Sha Reza Pahlevi
en 1979, estableció un régimen islámico y gobernó el país hasta su muerte diez
años más tarde.
Tras su carrera religiosa, recibió el título de Ayatollah en 1961 y
encabezó el Islam chiíta desde 1962. Hostil a las reformas de Sha que
afectaban a las propiedades del clero chiíta, fue arrestado y expulsado del
país. Desde el exilio en la ciudad iraquí de Najaf llamó al derrocamiento de
la monarquía de los Pahlevi a los que acusaba de impíos y de estar al servicio
de EE.UU.
El descontento social en la década de los setenta le hizo crecientemente
popular en su país. Dirigió el levantamiento que llevó al derrocamiento del
Sha el 16 de enero de 1979 y volvió en loor de multitudes el 1 de febrero,
siendo aclamado como líder religioso de la revolución en Irán. En diciembre un
referéndum aprobó el establecimiento de una república islámica en Irán, siendo
Jomeini nombrado líder político y religioso vitalicio. Impuso un régimen
dirigido por los "mulás" (clérigos chiítas) y reimplantó la "sharia" o ley
islámica. La represión contra cualquier tipo de oposición fue brutal.
En el terreno internacional rompió la larga alianza con EE.UU. y llamó a
los musulmanes a luchar contra los dos imperialismos, norteamericano y
soviético. Mientras tanto, trató de exportar su revolución islámica a los
países vecinos.
Apoyó el asalto de la embajada norteamericana en Irán el 4 de noviembre de
1979 y la toma de rehenes entre el personal diplomático. Este secuestro se
mantuvo por más de un año.
Tras ser atacado por Saddam Hussein en 1980, se negó a ningún acuerdo que
pusiera fin a la sangrienta y brutal guerra entre Irak e Irán, confiando en
vencer y derrocar al dictador de Bagdad. Finalmente en 1988, estando los dos
países totalmente exhaustos por el conflicto, se avino a firmar un alto el
fuego. Murió al año siguiente siendo aún una figura carismática entre el
pueblo iraní.