Acerca  |   Glosario  |   Biografías  |   Textos  |   Mapas   |   Estadísticas  |   Imágenes  |   Cronología  |   Actividades  |   Enlaces  


Adolf Hitler
1889-1945

 


CONTACTA


Biografías - Indice general
Inicios del siglo XX | Primera Guerra Mundial | Entreguerras 1919-1939 | Segunda Guerra Mundial | La Guerra Fría | El Fin de la Guerra Fría


Pese a que nunca había estado en el extranjero ni hablaba ningún idioma, Hitler consideró siempre la política exterior como algo de su exclusiva competencia. Su desconfianza llevó a que prescindiera progresivamente de los servicios de los diplomáticos profesionales alemanes.

Hitler desarrolló su visión sobre la política exterior germana en el Mein Kampf. La alianza con Gran Bretaña, cuyo imperio veía como un símbolo de la superioridad de la raza germánica, e Italia, donde gobernaba su admirado Mussolini, serviría para hacer frente a su "mortal enemigo", Francia. Los grandes territorios de la Europa oriental y la URSS servirían como territorio de expansión a un pueblo alemán en búsqueda de su "lebenraum" (espacio vital).

Desde 1933 Hitler llevó a cabo una política internacional expansionista destinada a destruir el orden de Versalles. Abondonó la Sociedad de Naciones en 1933 e inició el rearme en 1935. Tras remilitarizar Renania, intervino junto a Mussolini en la guerra civil española en 1936. Esta colaboración llevó a la formación ese mismo año del Eje Roma-Berlín. Ese mismo año firmó el pacto Antikomintern con Japón.

Aprovechando la errónea política de apaciguamiento aplicada por las democracias, desde 1937 se lanzó a una política expansionista que tenía como objetivo último la guerra general. En 1938, consiguió el ansiado "Anschluss", con la anexión de Austria, y, tras el pacto de Munich, la ocupación de los Sudetes.

La invasión de Checoslovaquia mostró claramente sus intenciones expansionistas e hizo abandonar a Gran Bretaña y Francia la suicida política de apaciguamiento.

Ante la inminencia de la guerra, firmó en agosto de 1939 el Pacto de no agresión germano-soviético. Días después, el 1 de septiembre de 1939 Alemania atacó Polonia lo que precipitó la entrada en guerra de Francia y Alemania. La segunda guerra mundial se había iniciado.

Desde un principio, Hitler acaparó las grandes decisiones estratégicas de la guerra, a menudo en contra de la opinión de sus generales. Las victorias de los primeros años le llevaron a tomar medidas catastróficas dictadas a veces más por planteamientos ideológicos que por cálculos estratégicos. El ataque a la Unión Soviética llevó a la batalla de Stalingrado, catástrofe bélica que cambió el curso de la guerra y que, en buena medida, fue motivada por la testaruda actitud del Führer, empecinado en mantener la ciudad que llevaba el nombre del dictador soviético.

La política de exterminio contra la población judía o la actitud criminal del ejército alemán en el frente oriental fueron impulsadas también desde la cancillería del Reich. Hitler veía la guerra como la oportunidad de llevar a cabo los delirios racistas y criminales que había recogido en su libro "Mein Kampf".

En julio de 1944 sobrevivió a un atentado en su cuartel general de Prusia oriental. El coronel Claus von Stauffenberg y otros militares fueron inmediatamente ajusticiados. El propio Rommel se vio forzado al suicidio.

Aquejado de problemas de salud, Hitler se encerró en enero de 1945 en su bunker en la cancillería del Reich en Berlín. Con las tropas soviéticas en Berlín, Hitler finalmente asumió la inevitabilidad de su derrota. El 29 de Abril se casó con su amante Eva Braun, dictó su testamento político nombrando al almirant Dönitz jefe del estado y Goebbels canciller y, finalmente, se suicidó tomando un veneno el 30 de abril de 1945. Pocos días más tarde el Reich alemán aceptó su rendición incondicional.