Tras servir en Filipinas bajo las órdenes de MacArthur de 1935 a 1939, la
carrera militar de este general de brigada sufrió un brusco aceleramiento
cuando en 1942 fue nombrado Comandante en Jefe de las tropas norteamericanas
en el teatro de guerra europeo. Como tal dirigió el desembarco en el Norte de
África, Sicilia, Italia y, en junio de 1944, el ataque sobre Normandía, la
conquista de Francia y la victoriosa campaña contra Alemania. En su cuartel
general en la ciudad francesa de Reims se firmó la capitulación del ejército
alemán el 7 de mayo de 1945.
Tras ser Comandante supremo de la OTAN (1951-1952) aceptó
presentarse como candidato republicano a las elecciones presidenciales de
1952. Elegido ese año, volvió a ser elegido para un segundo mandato de cuatro
años en 1956.
Su presidencia (1952-1960) estuvo marcada por el
enfrentamiento con la URSS y la carrera de armamentos. Su política exterior
fue elaborada, en gran parte, por su secretario de Estado, John Foster Dulles.
Pese a sus promesas electorales, su política más que hacer
retroceder (roll back) al comunismo y a la URSS, se basó en la
contención (containement). Los principales momentos de su actuación
internacional fueron la negociación del fin de la guerra de Corea (1953), la
intervención en Guatemala (1954), el fracaso de la Comunidad Europea de
Defensa (CED) y la entrada de la República Federal de Alemania en la OTAN
(1955) y la condena, junto a la URSS, de la expedición franco-británica a Suez
(1956).
Al final de su mandato trató de buscar la distensión con la
URSS e invitó a Khruschev a Washington en septiembre de 1959. Sin embargo, la
posterior cumbre en París en 1960 resultó un fracaso debido al incidente del
avión espía norteamericano U2 derribado por las defensas antiaéreas soviéticas
en mayo de 1960.